Este grabado también se conoce desde muy antiguo, y fue recogido ya en 1935 en el Corpus Petroglyphorum Gallaeciae de Ramón Sobrino Buhigas.
Se puede llegar recorriendo una hermosa subida que comienza cerca de la iglesia de Santa Mariña de Fragas, y que discurre parcialmente por un camino empedrado, muestra de la riqueza etnográfica de Campo Lameiro. La losa se encuentra dentro de una hinca cerrada con una valla de piedra, que pasa muy cerca del petroglifo.
Allí encontraremos un gran panel con muchos motivos de todo tipo: combinaciones de círculos concéntricos, coviñas o ciervos, alguno de ellos con una gran cornamenta.
También se pueden observar gran cantidad de cruces, que ocupan prácticamente toda la superficie de la piedra, y que por sus características se corresponden ya con momentos más recientes de la historia, que podrían venir desde la Edad Media hasta nuestros días.

Estas cruces muchas veces servían para cristianizar las rocas con grabados, y otras veces tenían una función más práctica como marcar lindes y propiedades.
Los motivos que más destacan son las figuras humanas, que parecen pastorear o conducir un grupo de animales y, sobre todo, la gran serpiente que aparece grabada reptando por la superficie de la piedra. Se trata de la serpiente más larga y con más detalle conocida en un petroglifo gallego, lo que convenirte la este petroglifo en un lugar muy especial.